miércoles, febrero 22, 2006

Y los odiamos tanto (*)

¿Por qué odiamos tanto a los gringos? Por lo mismo que son aborrecibles los ricos: porque son el espejo donde se refleja nuestro fracaso. Dos de las grandes religiones monoteístas: cristianismo e Islam, debieron su éxito inicial a la prédica contra los ricos. Mahoma, a diferencia de Jesús, no nació pobre, pero en su enfrentamiento contra los hombres más poderosos de La Meca supo emplear bien un recurso natural: los pobres siempre son más que los ricos y la vista de la riqueza ajena produce envidia y rencor. Con su prédica contra los ricos consiguió Mahoma sus primeros discípulos y pronto volvió a la ciudad de donde salió perseguido y en riesgo de ser asesinado.

La doctrina de Jesucristo también tuvo, seis siglos antes que Mahoma, la misma clientela: los pobres. El cristianismo fue, antes de convertirse en una molestia digna de ser perseguida, apenas una creencia que era de mal gusto aceptar porque la profesaban los esclavos. Cristo y Mahoma predicaron sociedades más justas, como ya lo había hecho Platón, cinco siglos antes de Cristo; San Agustín y otros padres de la Iglesia primitiva cristiana también se plantearon soluciones para la injusticia. Algunos respondieron que la miseria de este mundo se remediaba en el otro, pero una minoría rechazó también la de aquí.
*Luis González de Alba

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pero el cristianismo no era "exitoso" cuando los cristiandos eran muertos a pedradas. Me parece que fue más exitoso cuando alguien que era todo menos pobre, el emperador romano Constantino, la adoptó como religión personal y la impuso como oficial.

1:33 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

El principal concepto del Islam es la existencia de un solo Dios. El monoteísmo es absoluto. En el Islam y el cristianismo no existe ninguna autoridad oficial que decida si una persona es aceptada en la comunidad de los creyentes (Ummah). El Islam está abierto a todos sin importar la raza, edad, sexo, posición económica o creencias previas. Es suficiente ser creyente en los principios fundamentales del Islam. Esto se realiza formalmente recitando la shahada, lo cual debe hacerse con plena, sincera y voluntaria convicción en las creencias musulmanas. Es, por tanto, suficiente afirmar que uno es un creyente y portarse como tal, para ser aceptado en la comunidad del Islam.
El 80%-85% de los musulmanes, creen que Mahoma fue un profeta, un ser humano perfecto y que deben de imitarse sus palabras y sus actos en la forma más exacta posible. De hecho, el Corán indica que el Profeta Mahoma es un buen ejemplo a seguir.

Por otro lado esta el cristianismo que es otra religión monoteísta que reconoce a Jesucristo como su fundador y figura central. Con más de 2.100 millones de adherentes, o cerca de un tercio de la población mundial, es considerada la mayor religión del mundo. Comparte con el judaísmo el Tanaj, llamado Antiguo Testamento por los cristianos. Por este motivo es a veces llamada religión abrahámica junto al judaísmo y al islam. Jesús y sus primeros seguidores fueron judíos. Sus enseñanzas se basaban en las escrituras hebreas, y a veces se referían a otros escritos tradicionales del judaísmo.

Estas dos religiones profesaban la paz entre unos y otros, la hermandad y toda clase de perdón. Sin embargo, el movimiento ha logrado manejarse de una manera informal, para reservar el nombre de Evangélico a aquellos que adhieren a la fe histórica cristiana, una paleo-ortodoxia, por así decirle. Aquellos que se llaman "evangélicos moderados" aun se mantienen a los fundamentos de la fe histórica cristiana. Incluso los evangélicos "liberales" no se dicen a sí en términos de su teología, sino que de su vida progresiva en la perspectiva cívica, social o científica.

“Lo que determina la formación y pervivencia de las sociedades y los pueblos no es el común origen, sino el ideal que aglutina a los individuos integrantes. El amor de Díos, por encima de los intereses terrenos, une a los cristianos que integran la ciudad de Díos, mientras que el amor de sí mismo, el afán desordenado de dominio y la soberbia constituyen los fundamentos de la ciudad terrena” SAN AGUSTÍN.

2:07 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo no creo en principios se deba odiar a alguien. El porque no "aceptamos" a los estadounidenses, creo que principalmente por las diferencias de cultura, pero en el fondo qué tan parecidos estamos siendo a lo que criticamos?

Nos quejamos de su racismo y muchos cuando se topan en el metro o autobús con una señora indígena o de pueblo no le ceden el asiento y la miran con desprecio.

Nos quejamos de sus "porquerías" de películas, pero los cines están llenos.

Nos quejamos de su prepotencia, pero a todo mundo que podemos le hechamos encima el auto para pasar primero.

Porqué no mejor imitar lo bueno?, porqué no conservar el país limpio?, porqué no exigir respeto a la ley pero antes respetarla nosotros?, porqué no preferir visitar nuestras hermosas ciudades en lugar de Disneylandia?.

Qué tanto en el fondo anhelamos una vida como la de ellos?, qué tanto vamos aprendiendo más de su conducta y la aplicamos aunque nos llenemos la boca de desprecio por ellos?

Porqué preferimos lanzar una crítica sobre ellos o cualquier otro individuo antes de analizarnos nosotros mismos?, porqué el medirnos o desear lo ajeno sin atrevemos a compararnos con nosotros mismos para crecer más.

Y sin contar que muchas veces somos tan incapaces de planear nuestra vida y sólo nos dedicamos a criticar y a lamentarnos dejándola pasar.

Construyamos nuestro futuro y no nos importen los ricos o los pobres más que para amarlos como Dios lo dictó.

8:23 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Este post, aunque tiene pocos comentarios, son muy buenos!

6:55 p.m.  

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