miércoles, octubre 25, 2006

Mi zoológico, mi oficina. (Primera parte)

Mi oficina es un zoológico. Habemos pocos especímenes, pero por su rareza, seríamos la envidia de los mejores del mundo. Hoy hablaré del más celebre, nuestro chofer, el Señor Eloy.
El señor Eloy es un personaje enigmático. Primero los datos duros: Estudió solamente los dos primeros años de la primaria, no obstante, tiene una habilidad numérica notable, pues puede resolver multiplicaciones y divisiones de tres digitos mentalmente en segundos, y dedica largas horas a la solución de Sudokus. Inclusive ha inventado algunos. Quizá es la persona más informada del edificio, pues también dedica largas horas a leer con detalle los 7 periódicos que todos los días llegan a la oficina (incluido el Diario Oficial de la Federación). Pero su historia no tendría nada de particular de no ser por las multiples aventuras que nos ha contado a lo largo de estos años. El señor Eloy tiene una capacidad narrativa sorprendente. Parece recordar hasta el más insignificante detalle de su vida y su manejo de los tiempos es igualmente notable, lo que hace muy verosímiles sus narraciones.
En este contexto, nuestro amigo cuenta haber tenido todas las experiencias humanas y sobrehumanas que podrian vivirse en una o varias vidas. Por ejemplo, dice ser inmune a la electricidad, pues siendo bebé cayó un rayo en su cuna de latón y desde entonces dice que puede manipular cables de cualquier voltaje sin protección (!), afirma que puede ver a través de la niebla (habilidad que le ha ayudado mucho a lo largo de su vida en la que ha sido taxista, trailero, chofer de ambulancia, etc.). En otra ocasión nos contó sobre sus habilidades para ver el futuro, como la ocasión en que viajando en un camión de pasajeros despertó con "una angustia en el corazón" y abrazó a su acompañante, salvándole la vida, pues segundos despúes el camión se estrelló, dejando varios muertos. No conforme con esta acción, le salvó la vida a varios heridos y luego le dio tiempo de detener, someter y entregar a las autoridades al causante del percance.
No son menores sus hazañas en el campo sexual, pues afirma haber tenido todo tipo de compañeras sexuales, desde Maribel Guardia quien se le entregó "siendo muy joven", hasta la mismísima llorona, sí, "la llorona", fantasma de la tradición popular a quién hizo suya de manera misteriosa. Desde luego dice haber ayuntado con extranjeras, madres e hijas, hermanas, amigas, secretarias, doctoras, sirvientas, etc.
Actor de películas, amigo de guerrilleros centroamericanos, mecánico, arquitecto, campeón nacional de dominó, ajedrés, billar, poker, suegro de combatientes iraquies, médico(atendió el parto de su propio hijo), salvavidas, guardabosques, bombero, agente aduanal, abogado, repartidor de velas, en fin, parece no haber profesión o campo en el que no haya incursionado con bastante éxito. Inclusive, dice haber escapado de una casa de seguridad en donde, esposado, lo mantenía de manera (por supuesto ilegal) la policía judicial.
Inclusive, afirma haber dado muerte a un hombre (claro está, en defensa propia).
No es por ingenuo, pero muchas veces me he preguntado qué porcentaje de las historias que cuenta son verdad y cuántas son mentira. No lo sé, quizá nunca lo sabremos. Lo único cierto es que el Sr. Eloy es una mezcla entre Big Fish, Gandalf, el Quijote y Neo, claro está, región 4.
(Estaré de vacaciones a partir de hoy, nos vemos a mediados de noviembre)

martes, octubre 03, 2006

Las mujeres universitarias

Hombres: un consejo. Cásense con mujeres bellas o feas. Altas o bajitas. Rubias o morenas. Pero, escojan lo que escojan, no se casen con una mujer con carrera.

¿Por qué? Porque muchos científicos sociales creen que los hombres que se casan con mujeres universitarias corren un riesgo más alto de tener un matrimonio complicado. Mientras todo el mundo sabe que el matrimonio puede ser estresante, estudios recientes han demostrado que las mujeres con título universitario son más propensas a divorciarse, más propensas a la infidelidad, y menos dispuestas a tener hijos. Y si los tienen, son más propensas a ser infelices por tenerlos. Un estudio reciente de la revista de investigación Social Forces, encontró que las mujeres —aún aquellas que se ostentan como feministas— son más felices cuando su marido es el principal proveedor económico del hogar.
No es una conclusión feliz, sobre todo para muchos hombres exitosos, que se sienten atraídos por mujeres con metas y aspiraciones similares. ¿Y por qué no? Después de todo, su típica chica universitaria es educada, ambiciosa, informada y comprometida. Todas parecen características deseables ¿cierto? Seguro…al menos hasta que contraes matrimonio. Entonces, para ponerlo claro, mientras más exitosa sea ella, más probable es que esté insatisfecha contigo. ¿Suena familiar?

Muchos factores contribuyen para tener un matrimonio estable, incluyendo el estatus de los padres de tu esposa (aquellos hijos de padres divorciados son significativamente más propensos a divorciarse), la edad a la que se contrajo matrimonio, raza, creencias religiosas y estatus socio económico. Y, por supuesto, muchas mujeres trabajadoras están feliz y fructíferamente casadas — pero ello es sólo porque esas mujeres son más propensas a eso que a ser mujeres no trabajadoras— y en todo caso, estadísticamente hablando, son la excepción.
Para ser precisos, no estamos hablando de las mujeres que terminaron la preparatoria y son cajeras en un supermercado. Para nuestros propósitos, una mujer con carrera es aquella que tiene un título universitario (o superior), trabaja más de 35 horas a la semana fuera de casa, y gana más de $300,000 mil pesos al año.

Si hemos de dar valor a los estudios recientes, casarse con esas mujeres es buscar problemas. Si renuncian a sus trabajos y se quedan en casa con los niños, estarán infelices (Journal of Marriage and Family, 2003). Estarán infelices si ellas ganan más dinero que tú (Social Forces, 2006). Tú estarás infeliz si ganas menos dinero que ellas (Journal of Marriage and Family, 2001). Tú estarás más dispuesto a fallar en el matrimonio (American Journal of Sociology). Inclusive tu casa estará más sucia (Institute for Social Research).

¿Por qué? Bueno, dejando del lado el hecho de que el vínculo entre el trabajo-mujer-y-divorcio es complejo y controvertido, gran parte del razonamiento está basado en la teoría económica y en el sentido común. En la teoría económica clásica, el matrimonio es, al menos en parte, un concurso de labores especializadas. Tradicionalmente, los hombres tienden a hacer “mercadeo” o trabajo remunerado fuera de casa, mientras que la mujer tiende a hacer “no mercadeo” o trabajo doméstico, incluida la crianza de los niños. Todo el trabajo tiene que ser realizado por alguien, por lo que ambos trabajos, sin importar quién trabaje en casa y quien fuera del hogar, logran ese propósito. El ganador del premio Nobel, Gary S. Becker, argumenta que cuando la especialización del trabajo en el matrimonio disminuye —como, por ejemplo, cuando ambos esposos tienen carrera— el valor conjunto del matrimonio disminuye también para ambas partes, porque se realiza una menor cantidad del trabajo necesario, haciendo la vida para los cónyuges más difícil y más propensa al divorcio. Y, de hecho, estudios empíricos han demostrado lo anterior.

En el año 2004, John H. Johnson examinó información de la Encuesta de Ingreso y Programa de Participación, y concluyó que el género tiene una influencia significativa en la relación entre el incremento en las horas de trabajo y la probabilidad de divorcio. Mientras la mujer incrementa sus horas de trabajo, también aumenta significativamente su posibilidad de divorcio, a la vez que el incremento de las horas del trabajo del hombre no tiene efectos estadísticos. “De igual manera encontré que la incidencia de divorcios es mucho mayor en parejas en donde ambos esposos trabajan que en parejas donde sólo el esposo trabaja”. Cabe señalar que algunos pocos estudios destacan que el trabajo fuera del hogar contribuye a la estabilidad matrimonial en parejas felices, pero inclusive esos estudios reconocen que el trabajo fuera de casa tiene una relación importante en el número de divorcios en matrimonios de baja calidad.

La otra razón por la que una carrera puede dañar un matrimonio sería obvia para cualquiera que haya visto a su pareja salir con un compañero de trabajo: Mientras tu esposa trabaja fuera de casa, las posibilidades de que encuentre a alguien que le agrade más que tú se incrementan. “El ambiente de trabajo provee un espectro amplio de posibles parejas” señala el investigador Adrian J. Blow en el documento The Journal of Marital and Family Therapy, "y los individuos frecuentemente se encuentran a si mismos pasando una gran cantidad de tiempo con esos compañeros”

Hay más: De acuerdo con un amplio espectro de literatura publicada, la gente más educada es más propensa a haber tenido relaciones sexuales extramaritales (aquellos con grados de licenciatura son 1.75 veces más propensos a engañar a sus parejas que aquellos con estudios de bachillerato). Adicionalmente, las personas que ganan más de $300,000 pesos al año, tienen más posibilidades de ser infieles.

Y si la infidelidad lleva al divorcio, estás verdaderamente en problemas. El divorcio tiene una relación directa con el aumento en los índices de alcoholismo, depresión clínica y suicidio. Otros estudios han asociado el divorcio con aumento en índices de cáncer, convulsiones, y muertes por enfermedades sexualmente transmisibles. Además, el divorcio es financieramente devastador. De acuerdo con un estudio reciente, "Marriage and Divorce's Impact on Wealth," publicado en The Journal of Sociology, las personas divorciadas ven un detrimento en su economía en promedio del 77%.
Así que ¿por qué no mantenerse soltero? Porque, académicamente hablando, un matrimonio sólido conlleva muchos beneficios más allá de la “felicidad” individual. Hay implicaciones sociales y de la salud más amplias también. De acuerdo con el artículo del año 2004 titulado "What Do Social Scientists Know About the Benefits of Marriage?," el matrimonio está fuertemente asociado a mejores resultados en la formación de los niños bajo la mayoría de circunstancias, ingresos más altos para los hombres adultos, y "estar satisfactoriamente casado está directamente asociado con una mejor salud y una menor mortalidad." En otras palabras, un buen matrimonio está asociado con un ingreso más alto, una vida más larga y saludable y niños mejor adaptados.

Advertencia: Como cualquier en cualquier estudio sociológico, es importante no confundir correlación con causal. En otras palabras, el hecho de que los hombres casados sean más sanos que los solteros, no significa que el matrimonio conlleve ganancias de salud. Podría tratarse solamente de que la gente sana es más propensa a casarse.