Las mujeres universitarias
Hombres: un consejo. Cásense con mujeres bellas o feas. Altas o bajitas. Rubias o morenas. Pero, escojan lo que escojan, no se casen con una mujer con carrera.
¿Por qué? Porque muchos científicos sociales creen que los hombres que se casan con mujeres universitarias corren un riesgo más alto de tener un matrimonio complicado. Mientras todo el mundo sabe que el matrimonio puede ser estresante, estudios recientes han demostrado que las mujeres con título universitario son más propensas a divorciarse, más propensas a la infidelidad, y menos dispuestas a tener hijos. Y si los tienen, son más propensas a ser infelices por tenerlos. Un estudio reciente de la revista de investigación Social Forces, encontró que las mujeres —aún aquellas que se ostentan como feministas— son más felices cuando su marido es el principal proveedor económico del hogar.
¿Por qué? Porque muchos científicos sociales creen que los hombres que se casan con mujeres universitarias corren un riesgo más alto de tener un matrimonio complicado. Mientras todo el mundo sabe que el matrimonio puede ser estresante, estudios recientes han demostrado que las mujeres con título universitario son más propensas a divorciarse, más propensas a la infidelidad, y menos dispuestas a tener hijos. Y si los tienen, son más propensas a ser infelices por tenerlos. Un estudio reciente de la revista de investigación Social Forces, encontró que las mujeres —aún aquellas que se ostentan como feministas— son más felices cuando su marido es el principal proveedor económico del hogar.
No es una conclusión feliz, sobre todo para muchos hombres exitosos, que se sienten atraídos por mujeres con metas y aspiraciones similares. ¿Y por qué no? Después de todo, su típica chica universitaria es educada, ambiciosa, informada y comprometida. Todas parecen características deseables ¿cierto? Seguro…al menos hasta que contraes matrimonio. Entonces, para ponerlo claro, mientras más exitosa sea ella, más probable es que esté insatisfecha contigo. ¿Suena familiar?
Muchos factores contribuyen para tener un matrimonio estable, incluyendo el estatus de los padres de tu esposa (aquellos hijos de padres divorciados son significativamente más propensos a divorciarse), la edad a la que se contrajo matrimonio, raza, creencias religiosas y estatus socio económico. Y, por supuesto, muchas mujeres trabajadoras están feliz y fructíferamente casadas — pero ello es sólo porque esas mujeres son más propensas a eso que a ser mujeres no trabajadoras— y en todo caso, estadísticamente hablando, son la excepción.
Muchos factores contribuyen para tener un matrimonio estable, incluyendo el estatus de los padres de tu esposa (aquellos hijos de padres divorciados son significativamente más propensos a divorciarse), la edad a la que se contrajo matrimonio, raza, creencias religiosas y estatus socio económico. Y, por supuesto, muchas mujeres trabajadoras están feliz y fructíferamente casadas — pero ello es sólo porque esas mujeres son más propensas a eso que a ser mujeres no trabajadoras— y en todo caso, estadísticamente hablando, son la excepción.
Para ser precisos, no estamos hablando de las mujeres que terminaron la preparatoria y son cajeras en un supermercado. Para nuestros propósitos, una mujer con carrera es aquella que tiene un título universitario (o superior), trabaja más de 35 horas a la semana fuera de casa, y gana más de $300,000 mil pesos al año.
Si hemos de dar valor a los estudios recientes, casarse con esas mujeres es buscar problemas. Si renuncian a sus trabajos y se quedan en casa con los niños, estarán infelices (Journal of Marriage and Family, 2003). Estarán infelices si ellas ganan más dinero que tú (Social Forces, 2006). Tú estarás infeliz si ganas menos dinero que ellas (Journal of Marriage and Family, 2001). Tú estarás más dispuesto a fallar en el matrimonio (American Journal of Sociology). Inclusive tu casa estará más sucia (Institute for Social Research).
¿Por qué? Bueno, dejando del lado el hecho de que el vínculo entre el trabajo-mujer-y-divorcio es complejo y controvertido, gran parte del razonamiento está basado en la teoría económica y en el sentido común. En la teoría económica clásica, el matrimonio es, al menos en parte, un concurso de labores especializadas. Tradicionalmente, los hombres tienden a hacer “mercadeo” o trabajo remunerado fuera de casa, mientras que la mujer tiende a hacer “no mercadeo” o trabajo doméstico, incluida la crianza de los niños. Todo el trabajo tiene que ser realizado por alguien, por lo que ambos trabajos, sin importar quién trabaje en casa y quien fuera del hogar, logran ese propósito. El ganador del premio Nobel, Gary S. Becker, argumenta que cuando la especialización del trabajo en el matrimonio disminuye —como, por ejemplo, cuando ambos esposos tienen carrera— el valor conjunto del matrimonio disminuye también para ambas partes, porque se realiza una menor cantidad del trabajo necesario, haciendo la vida para los cónyuges más difícil y más propensa al divorcio. Y, de hecho, estudios empíricos han demostrado lo anterior.
En el año 2004, John H. Johnson examinó información de la Encuesta de Ingreso y Programa de Participación, y concluyó que el género tiene una influencia significativa en la relación entre el incremento en las horas de trabajo y la probabilidad de divorcio. Mientras la mujer incrementa sus horas de trabajo, también aumenta significativamente su posibilidad de divorcio, a la vez que el incremento de las horas del trabajo del hombre no tiene efectos estadísticos. “De igual manera encontré que la incidencia de divorcios es mucho mayor en parejas en donde ambos esposos trabajan que en parejas donde sólo el esposo trabaja”. Cabe señalar que algunos pocos estudios destacan que el trabajo fuera del hogar contribuye a la estabilidad matrimonial en parejas felices, pero inclusive esos estudios reconocen que el trabajo fuera de casa tiene una relación importante en el número de divorcios en matrimonios de baja calidad.
La otra razón por la que una carrera puede dañar un matrimonio sería obvia para cualquiera que haya visto a su pareja salir con un compañero de trabajo: Mientras tu esposa trabaja fuera de casa, las posibilidades de que encuentre a alguien que le agrade más que tú se incrementan. “El ambiente de trabajo provee un espectro amplio de posibles parejas” señala el investigador Adrian J. Blow en el documento The Journal of Marital and Family Therapy, "y los individuos frecuentemente se encuentran a si mismos pasando una gran cantidad de tiempo con esos compañeros”
Hay más: De acuerdo con un amplio espectro de literatura publicada, la gente más educada es más propensa a haber tenido relaciones sexuales extramaritales (aquellos con grados de licenciatura son 1.75 veces más propensos a engañar a sus parejas que aquellos con estudios de bachillerato). Adicionalmente, las personas que ganan más de $300,000 pesos al año, tienen más posibilidades de ser infieles.
Y si la infidelidad lleva al divorcio, estás verdaderamente en problemas. El divorcio tiene una relación directa con el aumento en los índices de alcoholismo, depresión clínica y suicidio. Otros estudios han asociado el divorcio con aumento en índices de cáncer, convulsiones, y muertes por enfermedades sexualmente transmisibles. Además, el divorcio es financieramente devastador. De acuerdo con un estudio reciente, "Marriage and Divorce's Impact on Wealth," publicado en The Journal of Sociology, las personas divorciadas ven un detrimento en su economía en promedio del 77%.
Si hemos de dar valor a los estudios recientes, casarse con esas mujeres es buscar problemas. Si renuncian a sus trabajos y se quedan en casa con los niños, estarán infelices (Journal of Marriage and Family, 2003). Estarán infelices si ellas ganan más dinero que tú (Social Forces, 2006). Tú estarás infeliz si ganas menos dinero que ellas (Journal of Marriage and Family, 2001). Tú estarás más dispuesto a fallar en el matrimonio (American Journal of Sociology). Inclusive tu casa estará más sucia (Institute for Social Research).
¿Por qué? Bueno, dejando del lado el hecho de que el vínculo entre el trabajo-mujer-y-divorcio es complejo y controvertido, gran parte del razonamiento está basado en la teoría económica y en el sentido común. En la teoría económica clásica, el matrimonio es, al menos en parte, un concurso de labores especializadas. Tradicionalmente, los hombres tienden a hacer “mercadeo” o trabajo remunerado fuera de casa, mientras que la mujer tiende a hacer “no mercadeo” o trabajo doméstico, incluida la crianza de los niños. Todo el trabajo tiene que ser realizado por alguien, por lo que ambos trabajos, sin importar quién trabaje en casa y quien fuera del hogar, logran ese propósito. El ganador del premio Nobel, Gary S. Becker, argumenta que cuando la especialización del trabajo en el matrimonio disminuye —como, por ejemplo, cuando ambos esposos tienen carrera— el valor conjunto del matrimonio disminuye también para ambas partes, porque se realiza una menor cantidad del trabajo necesario, haciendo la vida para los cónyuges más difícil y más propensa al divorcio. Y, de hecho, estudios empíricos han demostrado lo anterior.
En el año 2004, John H. Johnson examinó información de la Encuesta de Ingreso y Programa de Participación, y concluyó que el género tiene una influencia significativa en la relación entre el incremento en las horas de trabajo y la probabilidad de divorcio. Mientras la mujer incrementa sus horas de trabajo, también aumenta significativamente su posibilidad de divorcio, a la vez que el incremento de las horas del trabajo del hombre no tiene efectos estadísticos. “De igual manera encontré que la incidencia de divorcios es mucho mayor en parejas en donde ambos esposos trabajan que en parejas donde sólo el esposo trabaja”. Cabe señalar que algunos pocos estudios destacan que el trabajo fuera del hogar contribuye a la estabilidad matrimonial en parejas felices, pero inclusive esos estudios reconocen que el trabajo fuera de casa tiene una relación importante en el número de divorcios en matrimonios de baja calidad.
La otra razón por la que una carrera puede dañar un matrimonio sería obvia para cualquiera que haya visto a su pareja salir con un compañero de trabajo: Mientras tu esposa trabaja fuera de casa, las posibilidades de que encuentre a alguien que le agrade más que tú se incrementan. “El ambiente de trabajo provee un espectro amplio de posibles parejas” señala el investigador Adrian J. Blow en el documento The Journal of Marital and Family Therapy, "y los individuos frecuentemente se encuentran a si mismos pasando una gran cantidad de tiempo con esos compañeros”
Hay más: De acuerdo con un amplio espectro de literatura publicada, la gente más educada es más propensa a haber tenido relaciones sexuales extramaritales (aquellos con grados de licenciatura son 1.75 veces más propensos a engañar a sus parejas que aquellos con estudios de bachillerato). Adicionalmente, las personas que ganan más de $300,000 pesos al año, tienen más posibilidades de ser infieles.
Y si la infidelidad lleva al divorcio, estás verdaderamente en problemas. El divorcio tiene una relación directa con el aumento en los índices de alcoholismo, depresión clínica y suicidio. Otros estudios han asociado el divorcio con aumento en índices de cáncer, convulsiones, y muertes por enfermedades sexualmente transmisibles. Además, el divorcio es financieramente devastador. De acuerdo con un estudio reciente, "Marriage and Divorce's Impact on Wealth," publicado en The Journal of Sociology, las personas divorciadas ven un detrimento en su economía en promedio del 77%.
Así que ¿por qué no mantenerse soltero? Porque, académicamente hablando, un matrimonio sólido conlleva muchos beneficios más allá de la “felicidad” individual. Hay implicaciones sociales y de la salud más amplias también. De acuerdo con el artículo del año 2004 titulado "What Do Social Scientists Know About the Benefits of Marriage?," el matrimonio está fuertemente asociado a mejores resultados en la formación de los niños bajo la mayoría de circunstancias, ingresos más altos para los hombres adultos, y "estar satisfactoriamente casado está directamente asociado con una mejor salud y una menor mortalidad." En otras palabras, un buen matrimonio está asociado con un ingreso más alto, una vida más larga y saludable y niños mejor adaptados.
Advertencia: Como cualquier en cualquier estudio sociológico, es importante no confundir correlación con causal. En otras palabras, el hecho de que los hombres casados sean más sanos que los solteros, no significa que el matrimonio conlleve ganancias de salud. Podría tratarse solamente de que la gente sana es más propensa a casarse.
Advertencia: Como cualquier en cualquier estudio sociológico, es importante no confundir correlación con causal. En otras palabras, el hecho de que los hombres casados sean más sanos que los solteros, no significa que el matrimonio conlleve ganancias de salud. Podría tratarse solamente de que la gente sana es más propensa a casarse.
9 Comments:
Hay un problema que visualizo en esto:
Si una mujer no se educa y se prepara. Se casa con un hombre que la provea y tiene hijos con él y enviuda cuando sus hijos son pequeños, Que pasa? Que Que posibiidades tiene ella de educar y mantener dignamente a sus hijos? Sin preparaciòn académica ni trabajo...
Son preguntas que me vienen a la mente con tu post.
Gracias por visitar mi blog.
Saludos.
Sigo masticando tu nuevo escurrimiento.
Saludos.
Es cierto lo que publicaste, hoy en día las mujeres al no depender económicamente de los hombres les es más fácil tomar la decisión de divorciarse, pareciera que la superación personal incentiva el egoísmo y la comodidad.
También es más fácil que haya infidelidad, por estar rodeada de las mismas tentaciones que el hombre; pues muchas mujeres casadas conviven más horas con las personas de su trabajo que con su familia y ojo pues esto también provoca falta de atención, cuidado y amor a sus hijos, por lo mismo eluden el tenerlos.
Aunque para mí, el que la mujer sea universitaria no es la causa fundamental de los divorcios, de la infidelidad y de evitar tener hijos, sino el deterioro de la moral en nuestra sociedad y la elección equivocada de la pareja.
Saludos!
Espero escribas algo antes de irte!
Saludos!
¡Bien! Enhorabuena por el machismo documentado.
Ya, en serio: siempre me ha resultado cómico el movimiento feminista que busca una revaloración de la mujer... mediante la adopción de conductas típicas tradicionalmente masculinas. Es cierto que la mujer debe revalorarse, pero desde el punto de vista desde su propia femeneidad... la mujer es valiosa en cuanto mujer, no encontrará un nuevo valor propio en los estereotipos masculinos.
vaya vaya!!! querido gustavo qué sorpresa entré a tu blog sin mayores expectativas de tus escurrimientos he elegido éste (casi al azar) o será que soy universitaria........las primeras líneas han hecho que brote una carcajada..... ni siquiera me he tomado la molestia de terminar de leer.......
crees en las señales??????
es bueno saberse informado
sería mejor informarse antes,,,,,,
Machista común y corriente, por que mas bien, deberías de cambiar eso de no casarte… pero con hombres mediocres que tienen temor a que una mujer “universitaria” los supere.
Lei tu discertacion titulada "mujeres universitarias" y.... si tienes razon entonces... sera mejor volver al esquema anterior (tipo el programa hechizada... Be witch) sonde la mujer tiene algunas aptitudes que el hombre jamas acepta (aunque su inteligencia y "aptitud/brujeria" lo apoyen para ser cada dia mas exitoso. En fin, el sindrome de Marilyn Monroe persiste... a los hombres les gustan bobas...
La pregunta es.... tambien quieren hijas bobas? que las mantengan los hombres... con los grandes riesgos que esto implica (llamese violencia, sumision, etc etc)
Aclaración: este artículo no es mio, yo sólo lo traduje, la fuente original es el NYT. Ver fuente en el texto del mismo. Saludos.
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